No hay mejor forma de levantarse un dia como este que, con olor a tierra mojada todavía, un silencio calmo en todo el edificio, un solo que no molesta la vista y l viento fresco que entra pro la ventana.
Si a todo eso le sumo que en mi librería musical puedo seleccionar a la dulce Gal Costa para que cante para mí, el dia, se convierte en perfecto desde el principio.
Chuva de prata que cai sem parar
Quase me mata de tanto esperar
Um beijo molhado de luz
Sela o nosso amor
Basta um pouquinho de mel pra adoçar
Deixa cair o seu véu sobre nós
Ó lua bonita no céu
Molha o nosso amor
Toda vez que o amor disser
Vem comigo
Vai sem medo de se arrepender
Você deve acreditar
No que eu digo
Pode ir fundo, isso é que é viver
Si Gal, seguí cantando para mí Lluvia de Plata, que después quiero que me cantes Un Dia de Domingo.
domingo, 30 de enero de 2005
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